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Mucho; eres bueno con los que son buenos contigo. Es lo único que deseo ser. Si la gente fuera siempre amable y obediente con los que son crueles e injustos, los malvados se saldrían con la suya; nunca sentirían miedo, y así nunca cambiarían, sino que irían de mal en peor. Cuando nos golpean sin razón, debemos devolver el golpe con mucha fuerza; estoy seguro de que debemos hacerlo, con tanta fuerza que enseñemos a la persona que nos golpeó a no volver a hacerlo.