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No odio a muchos chicos. Lo que puedo hacer, es odiarlos por un tiempo, como a este tipo Stradlater que conocí en Pencey, y a este otro chico, Robert Ackley. Los odio de vez en cuando -lo admito- pero no dura demasiado, es lo que quiero decir. Después de un tiempo, si no los veía, si no entraban en la habitación, o si no los veía en el comedor durante un par de comidas, como que los echaba de menos. Quiero decir que los echaba de menos.