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  • No, el secreto es que no hay recompensa y tenemos que soportar nuestros caracteres y nuestras naturalezas lo mejor que podamos, porque ninguna cantidad de experiencia o perspicacia va a rectificar nuestras deficiencias, nuestro amor propio o nuestra codicia. Tenemos que aprender que nuestros deseos no encuentran eco real en el mundo. Tenemos que aceptar que las personas a las que queremos no nos quieren, o no de la forma que esperamos. Tenemos que aceptar la traición y la deslealtad y, lo más duro de todo, que alguien sea más fino que nosotros en carácter o inteligencia.