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Empecé a sentirme como imagino que debe sentirse un actor o un deportista cuando, tras años de dedicación a un sueño concreto... se da cuenta de que ha llegado tan lejos como el talento o la fortuna pueden llevarle. El sueño no se hará realidad, y ahora se enfrenta a la disyuntiva de aceptar este hecho como un adulto y seguir adelante con objetivos más sensatos, o rechazar la verdad y acabar amargado, pendenciero y ligeramente patético.