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  • Cada vez que contaba mi historia, perdía un poco, la más pequeña gota de dolor. Ese día supe que quería contar la historia de mi familia. Porque el horror en la Tierra es real y lo es todos los días. Es como una flor o como el sol; no se puede contener.

    Alice Sebold (2002). “The Lovely Bones”, p.90, Hachette UK