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  • Dejé caer la cabeza hacia atrás y contemplé el cielo azul eterno. Era por la mañana. Una parte del cielo era amarilla, otra del azul más suave. Una pequeña nube se movía. Es extraño cómo todo lo que hay abajo puede ser muerte, caos y dolor, mientras que en lo alto del cielo hay paz, dulce dulzura azul. Una vez oí decir a un chamán que los antepasados querían que nuestras almas fueran como el cielo azul.