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¿Has visto alguna vez el amanecer? ¿No un amanecer aturdido por la falta de sueño o agitado por obligaciones sin sentido y tú a punto de salir corriendo a una aventura o negocio temprano, sino lleno de profundo silencio y absoluta claridad de percepción? Un amanecer que observas de verdad, grado a grado. Es el momento más asombroso del nacimiento. Y más que nada puede impulsarte a la acción. Que tengas un día ardiente.