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  • Podríamos volver", dijo. A la luz del techo del coche, su rostro parecía duro como la piedra. "Podríamos volver a tu casa. Puedo quedarme contigo siempre. Podemos conocer el cuerpo del otro en todos los sentidos, noche tras noche. Podría amarte". Se le encendieron los orificios nasales y pareció orgulloso de repente. "Podría trabajar. No serías pobre. Te ayudaría". "Suena como un matrimonio", dije, tratando de aligerar el ambiente. Pero la voz me temblaba demasiado. "Sí", dijo él.

    Charlaine Harris (2009). “Sookie Stackhouse 8-copy Boxed Set”, p.941, Penguin