-
Nuestros peores días nunca son tan malos como para estar fuera del alcance de la gracia de Dios. Y tus mejores días nunca son tan buenos que estés más allá de la necesidad de la gracia de Dios.
Nuestros peores días nunca son tan malos como para estar fuera del alcance de la gracia de Dios. Y tus mejores días nunca son tan buenos que estés más allá de la necesidad de la gracia de Dios.