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¡Profeta seas! Si soy falso, o me desvío un pelo de la verdad, cuando el tiempo sea viejo y se haya olvidado de sí mismo, cuando las gotas de agua hayan desgastado las piedras de Troya, y el ciego olvido se haya tragado las ciudades, y los poderosos estados sin carácter se hayan reducido a polvorienta nada, ¡que la memoria, de falso a falso, entre falsas doncellas enamoradas, reprenda mi falsedad!