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  • Buttercup lloró y se revolvió y siguió llorando, y ha habido tres grandes casos de celos desde que David de Galilea sufrió por primera vez esta emoción cuando no pudo soportar más el hecho de que el cactus de su vecino Saúl eclipsara al suyo. (Originalmente, los celos se referían únicamente a las plantas, a los cactus o ginkgos ajenos o, más tarde, cuando había hierba, a la hierba, razón por la cual, aún hoy en día, decimos que alguien está verde de celos). El caso de Buttercup ocupa un cercano cuarto lugar en la lista de todos los tiempos. Fue una noche muy larga y muy verde.

    William Goldman (2013). “The Princess Bride: An Illustrated Edition of S. Morgenstern's Classic Tale of True Love and High Adventure”, p.53, Houghton Mifflin Harcourt