-
El mundo es un espejo, y devuelve a cada hombre el reflejo de su propio rostro. Frunce el ceño ante él, y él te mirará con amargura; ríete de él y con él, y será un alegre y amable compañero; y que todos los jóvenes elijan.
El mundo es un espejo, y devuelve a cada hombre el reflejo de su propio rostro. Frunce el ceño ante él, y él te mirará con amargura; ríete de él y con él, y será un alegre y amable compañero; y que todos los jóvenes elijan.