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Si te atreves a dejar de pensar en tus problemas, a dejar de pensar en tus propias necesidades y, en lugar de eso, buscas ser una bendición para otras personas, Dios hará más por ti de lo que podrías pedir o pensar.
Si te atreves a dejar de pensar en tus problemas, a dejar de pensar en tus propias necesidades y, en lugar de eso, buscas ser una bendición para otras personas, Dios hará más por ti de lo que podrías pedir o pensar.