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¿Es Ahab, Ahab? ¿Soy yo, Dios, o quién, el que levanta este brazo? Pero si el gran sol no se mueve por sí mismo, sino que es un recadero en el cielo; ni una sola estrella puede girar, sino por algún poder invisible; ¿cómo entonces puede este pequeño corazón latir; este pequeño cerebro pensar pensamientos, a menos que Dios haga ese latido, haga ese pensamiento, haga ese vivir, y no yo?