Necesito música que fluya sobre las yemas de mis dedos inquietos y sensibles, sobre mis labios amargados y temblorosos, con una melodía profunda, clara y líquida. Oh, por el vaivén curativo, viejo y bajo, de alguna canción cantada para descansar a los muertos cansados, ¡Una canción que caiga como agua sobre mi cabeza, y sobre los miembros temblorosos, el sueño sonrojado resplandezca! Hay una magia hecha por la melodía: Un hechizo de descanso, y respiración tranquila, y el corazón fresco, que se hunde a través de los colores que se desvanecen profundamente A la quietud subacuática del mar, Y flota para siempre en un estanque verde luna, Sostenido en los brazos del ritmo y del sueño.