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Hay personas que tienen demasiado espacio entre las orejas y, si les dan tiempo, no hacen más que caer eternamente dentro de su cabeza. Es espeluznante quedarse solo dentro de un inerverso enfadado.
Hay personas que tienen demasiado espacio entre las orejas y, si les dan tiempo, no hacen más que caer eternamente dentro de su cabeza. Es espeluznante quedarse solo dentro de un inerverso enfadado.