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Ninguno de nuestros corazones es puro, siempre tenemos motivos mezclados. Somos autoengañadores, pero el peor de todos los Engaños es murmurar 'Señor, no soy digno' Y, mintiendo fácil, volver la cara a la pared.
Ninguno de nuestros corazones es puro, siempre tenemos motivos mezclados. Somos autoengañadores, pero el peor de todos los Engaños es murmurar 'Señor, no soy digno' Y, mintiendo fácil, volver la cara a la pared.