Autores:
  • Pero mientras las tijeras le cortaban el pelo y la cuchilla afeitaba el resto, se dio cuenta con un pánico repentino de que ya no podía recordar nada del pasado. No puedo recordar, se susurró a sí misma. No puedo recordar. Le habían arrancado la memoria tan brutalmente como le habían arrancado el pelo, sin permiso, sin motivo... Se ha ido, todo se ha ido, pensó de nuevo salvajemente, ya ni siquiera estaba segura de lo que se había ido, de lo que estaba llorando.