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Las otras chicas del pueblo nunca se sintieron inquietas. Nhamo era como una olla de agua hirviendo. Quiero... quiero...", se susurraba a sí misma, pero no sabía lo que quería y no tenía ni idea de cómo encontrarlo.
Las otras chicas del pueblo nunca se sintieron inquietas. Nhamo era como una olla de agua hirviendo. Quiero... quiero...", se susurraba a sí misma, pero no sabía lo que quería y no tenía ni idea de cómo encontrarlo.