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  • Sin embargo, como los niños son niños, el grotesco caldero saltarín se había apoderado de su imaginación. La solución fue deshacerse de la moraleja pro-muggle pero mantener el caldero verrugoso, de modo que a mediados del siglo XVI una versión diferente del cuento circulaba ampliamente entre las familias de magos. En la historia revisada, el caldero saltarín protege a un mago inocente de sus vecinos, que portan antorchas y horcas, ahuyentándolos de la cabaña del mago, atrapándolos y tragándoselos enteros.