-
La fe es un continuo, y cada uno se sitúa en esa línea donde puede. Al intentar clasificar rígidamente conceptos etéreos como la fe, acabamos debatiendo sobre semántica hasta el punto de perdernos por completo lo obvio, es decir, que todos estamos intentando descifrar los grandes misterios de la vida y cada uno sigue su propio camino hacia la iluminación.