-
Latente en todo hombre hay un veneno de asombrosa amargura, un resentimiento negro; algo que maldice y aborrece la vida, un sentimiento de estar atrapado, de haber confiado y haber sido engañado, de ser presa indefensa de una rabia impotente, de una rendición ciega, víctima de un poder salvaje y despiadado que da y quita, alista a un hombre, lo abandona, promete y traiciona, y -herida de coronación- le inflige la humillación de sentir lástima de sí mismo.