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Oh, puedo verlo suceder, edad tras edad, y empeorando cuanto más revelas tu belleza: el hijo dando la espalda a la madre y la novia a su novio, robados por esta eterna llamada, llamada, llamada de los dioses. Llevados donde no podemos seguir. Sería mucho mejor para nosotros si fueras vil y voraz. Preferiríamos que bebieras su sangre a que robaras sus corazones. Preferiríamos que fueran nuestros y estuvieran muertos a que fueran tuyos e inmortales.