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Antes de que se me ocurriera cómo disculparme por haber sido tan idiota, me abrazó y se apartó con la misma rapidez. "Me alegro de que no seas un conejillo de indias". "Yo también. Esperaba que mi cara no estuviera tan roja como parecía.
Antes de que se me ocurriera cómo disculparme por haber sido tan idiota, me abrazó y se apartó con la misma rapidez. "Me alegro de que no seas un conejillo de indias". "Yo también. Esperaba que mi cara no estuviera tan roja como parecía.