-
Era la esposa, pensó John. Y ella le estaba dando a este tipo duro una reprimenda. Y el hombre lo estaba aceptando. "Vale. Te quiero. Adiós". Tohrment cerró el teléfono y se lo guardó en el bolsillo. Cuando volvió a enfocar a John, estaba claro que respetaba a su mujer lo suficiente como para no poner los ojos en blanco y hacer algún comentario machista de mierda sobre mujeres molestas.