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  • Ningún hombre por sí solo hace historia. La Historia no se ve, como no se ve crecer la hierba. Guerras y revoluciones, reyes y Robespierres, son los agentes orgánicos de la historia, su levadura. Pero las revoluciones las hacen hombres de acción fanáticos con un pensamiento único, genios en su capacidad de circunscribirse a un campo limitado. Derriban el viejo orden en unas horas o unos días, toda la agitación dura unas semanas o a lo sumo años, pero el espíritu fanático que inspiró las revueltas es venerado durante décadas después, durante siglos.