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Que el destino no te reparta las cartas adecuadas no significa que debas rendirte. Sólo significa que tienes que jugar las cartas que te dan al máximo de su potencial.
Que el destino no te reparta las cartas adecuadas no significa que debas rendirte. Sólo significa que tienes que jugar las cartas que te dan al máximo de su potencial.