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No podemos vivir sólo para nosotros mismos. Mil fibras nos conectan con nuestros semejantes; y entre esas fibras, como hilos simpáticos, discurren nuestras acciones como causas, y vuelven a nosotros como efectos.
No podemos vivir sólo para nosotros mismos. Mil fibras nos conectan con nuestros semejantes; y entre esas fibras, como hilos simpáticos, discurren nuestras acciones como causas, y vuelven a nosotros como efectos.