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Tenía que dejar de esperar tanto que un barco me rescatara. No debía contar con ayuda exterior. La supervivencia tenía que empezar por mí. Según mi experiencia, el peor error de un náufrago es esperar demasiado y hacer demasiado poco. La supervivencia empieza por prestar atención a lo que está cerca y es inmediato. Mirar hacia fuera con esperanzas vanas equivale a soñar con la propia vida.