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¿Con quién vas a bailar?" preguntó el señor Knightley. Ella vaciló un momento y luego contestó: "Contigo, si me lo pides". ¿Lo harás?" dijo él, ofreciéndole la mano. Claro que lo hare. Has demostrado que sabes bailar, y sabes que en realidad no somos tan hermanos como para que resulte impropio'. ¡Hermanos! No, desde luego.