Autores:
  • La Lección que tienes que aprender es el día al que algún día llegarás tambaleándote, parpadeando a la luz fría, con todas las lágrimas derramadas, dispuesto a meter tu bovina cabeza en el yugo que te han formado. Todo el mundo aprende esto. Todos nacen, respiran, pagan impuestos, plantan muertos y sufren en abundancia. Hay dolor suficiente para cada uno. Mi madre aprendió moviéndose de hombre en hombre, sobrevivió a todos. La tierra reseca está desnuda (una vez que ella la deja) de cualquiera que observara los instantes en que la pisé. Aparte de mí, por supuesto. He hecho un estudio de la paciencia y el aguante. Todo el mundo lo hace, resulta, y fíjate en esas caras que pasan: Ninguno es un dios.