-
Al este del sol y al oeste de la luna". Por insondables que fueran las palabras, comprendí que debía descifrarlas, razonarlas. Porque iría a esa tierra imposible que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Desde el momento en que el trineo desapareció de mi vista y dejé de oír las campanillas de plata, supe que iría en busca del extraño que había sido el oso blanco para reparar el terrible daño que le había hecho..... Lo único que importaba era hacer las cosas bien. Y haría lo que hiciera falta, viajaría a donde hiciera falta, para alcanzar ese objetivo.