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  • Empezaba a entender algo sobre la normalidad. La normalidad no era normal. No podía serlo. Si la normalidad fuera normal, todo el mundo podría dejarla en paz. Podrían sentarse y dejar que la normalidad se manifestara. Pero la gente -y especialmente los médicos- tenían dudas sobre la normalidad. No estaban seguros de que la normalidad estuviera a la altura. Y por eso se sentían inclinados a darle un empujón.

    Jeffrey Eugenides (2002). “Middlesex: A Novel”, p.503, Farrar, Straus and Giroux