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Así que si todos somos quarks y electrones...", empieza. ¿Qué?" Podríamos hacer el amor y no sería más que quarks y electrones frotándose". Mejor que eso", le digo. En realidad, en el mundo microscópico nada se "roza". La materia nunca toca realmente a otra materia, así que podríamos hacer el amor sin que ninguno de nuestros átomos se tocara en absoluto. Recuerda que los electrones se sitúan en el exterior de los átomos, repeliendo a otros electrones. Así que podríamos hacer el amor y repelernos al mismo tiempo.