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Apaga mis ojos, seguiré viéndote. Sella mis oídos, seguiré oyéndote. Y sin pies puedo llegar hasta ti, sin boca puedo jurar tu nombre. Rompe mis brazos, te agarraré con mi corazón como con una mano. Detén mi corazón, y mi cerebro comenzará a latir. Y si consumes mi cerebro con fuego, te sentiré arder en cada gota de mi sangre.