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¿Seguro que no descrees de las profecías porque tú mismo hayas participado en ellas? ¿No supondrá realmente que todas sus aventuras y escapadas fueron obra de la suerte, sólo para su propio beneficio? Es usted muy buena persona, señor Bolsón, y le tengo mucho cariño; pero, al fin y al cabo, no es más que un pequeñín en un mundo tan vasto.