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La verdad es que todo hombre inteligente, como usted sabe, sueña con ser un gángster y gobernar la sociedad sólo por la fuerza. Como no es tan fácil como hacen creer las novelas policíacas, uno suele confiar en la política y se afilia al partido más cruel.¿Qué importa, al fin y al cabo, si humillando a la propia mente se consigue dominar a todo el mundo? Descubrí en mí mismo dulces sueños de opresión.