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No sabía si alguna vez le hablaría o no o, si le hablaba, cómo podría contarle mi confusa adoración. Pero mi cuerpo era como un arpa y sus palabras y gestos eran como dedos corriendo sobre los alambres.
No sabía si alguna vez le hablaría o no o, si le hablaba, cómo podría contarle mi confusa adoración. Pero mi cuerpo era como un arpa y sus palabras y gestos eran como dedos corriendo sobre los alambres.