-
En un mundo que se enfrenta a la revuelta de masas harapientas y hambrientas de hijos de Dios; en un mundo desgarrado entre las tensiones de Oriente y Occidente, blancos y de color, individuos y colectivistas; en un mundo cuyo poder cultural y espiritual va tan a la zaga de sus capacidades tecnológicas que vivimos cada día al borde de la coaniquilación nuclear; en este mundo, la no violencia ya no es una opción para el análisis intelectual, es un imperativo para la acción...".