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A usted y a mí nos dicen que debemos elegir entre izquierda o derecha, pero yo sugiero que no existe tal cosa como izquierda o derecha. Sólo hay arriba o abajo. Hacia arriba, hacia el sueño ancestral del hombre -el máximo de libertad individual compatible con el orden-, o hacia abajo, hacia el hormiguero del totalitarismo. Independientemente de su sinceridad, de sus motivos humanitarios, los que sacrificarían la libertad por la seguridad se han embarcado en este camino descendente.