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en el armario se asienta mi botella como un enano esperando para arañar mis plegarias. Bebo y toso como un idiota en una sinfonía, la luz del sol y los pájaros enloquecidos están por todas partes, el teléfono suena gambeteando su sonido contra las probabilidades del mar torcido; bebo profunda y uniformemente ahora, bebo por el paraíso y la muerte y la mentira del amor.