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Cuando compongas un verso, que ni un pelo separe tu mente de lo que escribes; la composición de un poema debe hacerse en un instante, como un leñador talando un árbol enorme o un espadachín saltando sobre un enemigo peligroso.
Cuando compongas un verso, que ni un pelo separe tu mente de lo que escribes; la composición de un poema debe hacerse en un instante, como un leñador talando un árbol enorme o un espadachín saltando sobre un enemigo peligroso.