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Me acuerdo del viejo bufón de la corte que debía entretener a su rey con historias y payasadas interesantes. Miró al rey que estaba repanchingado en su trono, un granuja borracho y mugriento, se quitó el birrete y los cascabeles, y dijo con un gesto fingido de reverencia: "Oh rey, sé leal a la realeza que llevas dentro". Y así os digo hoy a vosotros, jóvenes, recordad vuestra herencia, y sed leales a ese linaje real que tenéis como miembros de la iglesia y reino de Dios en la tierra.