Autores:
  • Ahora puedo hacer los tornillos", balbuceó. "Llevo toda la semana intentando concentrar suficiente magia". La magia cambió y se arremolinó, finalmente grabando una imagen en el aire. Era una imagen aproximada de Foaly, y se estaba riendo. Te odio, centauro", gritó Ópalo, abalanzándose hacia la imagen insustancial y atravesándola. Los ojos se le pusieron en blanco y se desplomó, roncando, en el suelo. Artemis se enderezó la corbata. Estaba seguro de que Freud se lo pasaría en grande con aquello.