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El hecho de que nuestros antepasados cometieran tantos errores de hecho y los mezclaran con su religión no significa que debamos dejar de ser religiosos en absoluto. Siendo religiosos nos establecemos en posesión de la realidad última en los únicos puntos en los que la realidad se nos da a guardar. Después de todo, nuestra preocupación responsable es nuestro destino privado.