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Mi hermosa reina. Toda tu corte te está mirando, y no puedo culparlos". Ellos también. La reina se volvió para mirar. Su mirada recorrió a la multitud como una hoz segadora a través del grano. Todas las bocas se cerraron de golpe. Se oyó un ruido de roces cuando la gente de atrás se movió, tratando de ocultarse. La reina miró al rey, que sonreía ampliamente.