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Es probable que un hombre se ocupe de sus propios asuntos cuando merece la pena ocuparse de ellos. Cuando no lo es, se distrae de sus propios asuntos sin sentido ocupándose de los de los demás.
Es probable que un hombre se ocupe de sus propios asuntos cuando merece la pena ocuparse de ellos. Cuando no lo es, se distrae de sus propios asuntos sin sentido ocupándose de los de los demás.