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Pues resulta que lo que tenemos no lo apreciamos en su valor mientras lo disfrutamos, sino que, al faltarnos y perderlo, entonces lo valoramos, entonces encontramos la virtud que la posesión no nos mostraría mientras fuera nuestra.
Pues resulta que lo que tenemos no lo apreciamos en su valor mientras lo disfrutamos, sino que, al faltarnos y perderlo, entonces lo valoramos, entonces encontramos la virtud que la posesión no nos mostraría mientras fuera nuestra.