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Oh, querida, si supieras lo extraño que es el asunto sobre el que estoy aquí, serías tú quien se reiría. He aprendido a no menospreciar las creencias de nadie, por extrañas que sean. He tratado de mantener la mente abierta, y no son las cosas ordinarias de la vida las que pueden cerrarla, sino las cosas extrañas, las cosas extraordinarias, las cosas que hacen dudar si uno está loco o cuerdo.