-
¿No lo oyes? --Sí, lo oigo, y lo he oído. Mucho --mucho --mucho --muchos minutos, muchas horas, muchos días, lo he oído --y sin embargo no me atreví --¡oh, compadécete de mí, miserable desdichado que soy! --¡No me atreví --no me atreví a hablar! ¡La hemos puesto viva en la tumba!